miércoles, 4 de septiembre de 2019

DOS MIL OCHOCIENTOS NUEVE









En los comentarios que me hacen algunos de mis seguidores de FaceBook, me dicen que soy valiente y me llaman campeona y yo me pregunto:

¿A qué llaman ser valiente?

No veo la valentía en tomar la medicación que me recetan y obedecer sin rechistar a todo el tratamiento que exige el protocolo.
No me encuentro bien, tengo altibajos y a veces me asusto.

El único esfuerzo que hago, además de lo ya mencionado, es tratar de ver la parte positiva de mi circunstancia:

_estoy curada.
_no tengo ninguna célula cancerígena.
_el tiempo está a mi favor.
_estoy en casa.
_vivo con Beatriz y Jaime.
_cuento con personas que me quieren con las que puedo comunicarme.

Y así podría seguir escribiendo todas las cosas positivas que hacen que mi vida pueda resultar agradable, porque a pesar de que estoy curada, el tratamiento de consolidación es duro y me afecta.


Intento no quejarme, a pesar de ello a veces lo hago, sobre todo con mis hijos y no les hace ninguna gracia y a mí tampoco.








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