Ayer hice un plan estupendo.
Fui al museo de Bellas Artes de Bilbao para ver la exposición de Goenaga, pintor donostiarra al que había conocido hace años y pasado temporadas en su caserío de Alkiza.
Las piezas de la exposición correspondían a la primera época, justo cuando yo le conocí.
Estaba muy bien montada, bien elegidas las obras, tanto fotográficas como óleos sobre lienzo, ensamblajes e información de aquella temporada basada en Land art.
Después de recorrer la exposición, Mikel Lertxundi, el comisario que había organizado el trabajo de Juan Luis, dio una magnífica conferencia que explicaba concienzudamente lo que había inspirado al artista en aquella larga temporada que yo había conocido de cerca.
No creo que sea fácil para un crítico de arte meterse en el alma del artista, no obstante reconozco que Mikel Lertxundi lo consigue y además creo que con gran acierto.
No es fácil meterse en el alma de Goenaga, era una persona muy centrada en sí mismo, aislada del mundo y concentrado en dedicar su vida a la pintura.