miércoles, 20 de mayo de 2020

CUATRO MIL VEINTIUNO











He dado un cambio radical, ha sido de repente.
Hasta que empezaron a salir mis hijos yo andaba con dos muletas, no tenía fuerza, me asustaba la idea de salir, solo quería estar en casita bien protegida y como por arte de magia, en el momento en que Beatriz y Jaime no estaban en casa, empecé a tener ganas de hacer cosas, poco a poco dejé una muleta que es un paso muy importante ya que tener una mano libre aumenta mi autonomía, acerté con la medicación para no tener dolor, algo fundamental para ser feliz y volví a la macrobiótica que es milagrosa.
Me encuentro como nueva, un poco alterada porque me ha pillado de sorpresa, no pensé que me iba a encontrar tan bien tan pronto, no estaba preparada pero eso es lo de menos, lo que importa es que estoy encantada, con fuerza y con ideas y ganas de ocuparme de mí, de mis asuntos y de la casa.
Mañana tengo Pilates y Osteopatía.
Tengo intención de conducir.
Me apetece ser independiente, en mi coche soy muy feliz, es muy cómodo.
Parece que todo se va poniendo en su sitio.
El día 28 hará un año que me ingresaron y diagnosticaron Leucemia promielocítica aguda o M3.
Cuando la hematóloga pronunció la palabra leucemia me subió la tensión a 17.
No voy a seguir contando la historia porque ya es sabida y como dijo Machado:

Olvidado por sabido y enterrado cual la momia de Ramsés.

Resumiendo, que en un año me he quitado la leucemia del medio, por lo menos de momento y como solo tengo el presente que es el regalo del Creador, ya solo me queda disfrutar de la vida y dar gracias al cielo de que lo malo ya pasó.
Ahora solo tengo que ser consciente de que mis defensas están bajas y de que hay un peligro acechando, no obstante no tengo queja.
He estado en el infierno ahora estoy en el umbral del cielo.
Ha sido tremendo pero ya pasó.
He estado muy bien acompañada por todos los que me habéis seguido y animado con vuestros comentarios, han sido muy importantes en el proceso.











No hay comentarios:

Publicar un comentario