martes, 1 de marzo de 2016

Capítulo 59_¿Capricho o necesidad?












Mónica no dejaba de pensar en la idea de tener un hijo.
Imaginó que sería algo pasajero, influenciada por el nacimiento de Irati y su visita a Ikea, pero pasaban los días y seguía soñando con su bebé, imaginando lo diferente que sería su vida si tuviera un niño del que ocuparse.
No se atrevía a comentarlo con Alonso, ya que se conocía lo suficiente como para saber que muchas de sus ideas que parecían importantes, no eran más que simples caprichos pasajeros, que se desvanecían con el paso de los días.
Algo muy diferente es cuando se trata de un asunto serio y necesario.
Es el tiempo el que pone orden en las ideas y les concede la importancia que merecen.

La fiesta en Arminza resultó encantadora, como todo lo que organizan Beñat y Marlène.
Daba gusto verles pendientes de Irati y al mismo tiempo ocupándose de que los invitados se sintieran a gusto.
Eran unos anfitriones extraordinarios.
Mónica solo tenía ojos para Irati.
Casi ni se fijó en Gari que andaba por allí como Pedro por su casa.
Había pasado tantas temporadas en ese entorno que conocía todos los rincones.
En algún momento, se escapó para dar un paseo por los alrededores y Mónica ni siquiera le echó en falta.
Al volver, cuando contó donde había estado y las fotos que había sacado, Mónica pensó que quizás la idea de tener un hijo le estaba curando de su obsesión.
Se puso muy contenta al comprobarlo y se acercó a Alonso en plan cariñoso.
Le cogió del brazo y le acercó a donde estaba la niña dormida en su cochecito, a la sombra de un manzano en flor.
Como si hubiera tenido telepatía con su esposa, de repente supo el porqué de ese gesto.
La miró con ojos tiernos y le dijo muy despacito:

Mónica querida ¿no estarás pensando lo que me estoy imaginando?

Ella le miraba con lágrimas en los ojos y emocionada contestó:

Has adivinado.

Alonso se quedó mudo, meditativo, tratando de pensar deprisa para poder unirse al pensamiento de su esposa.
Por fin habló, o más bien musitó:

Pero, pero ¿que ha pasado? ¿Lo has sentido al ver a esta niña o ya llevabas tiempo dando vueltas al asunto?

Mónica no sabía qué decir porque tampoco sabía lo que pensaba Alonso.
Decidieron no tener hijos antes de casarse y nunca habían vuelto a tocar el tema, por lo que desconocía si Alonso mantenía la misma idea.

Ambos estuvieron callados un buen rato contemplando cómo Irati dormía plácidamente con esa respiración pausada, que solo tienen los niños y los santos.
Alonso rompió el silencio:

Amor mío, tu sabes que yo estoy aquí para complacerte.
Si tanto deseas que tengamos un hijo hagámoslo cuanto antes para que no nos coja demasiado cansados.

Y se fueron a dar un paseo cogidos de la mano como dos enamorados.
No tenían ganas de hablar con nadie.
Preferían estar solos con su secreto.

La fiesta siguió y por primera vez en sus vidas, Mónica y Alonso desaparecieron sin despedirse ni dar las gracias, algo que hasta ahora ni se les hubiera pasado por la imaginación.
Alguien que les había seguido los pasos desde que se acercaron a la cuna de Irati, comentó:

No sé por qué me da, que dentro de nueve meses celebraremos otro nacimiento.

La fiesta siguió muy animada y Gari bebió más de la cuenta por lo que se quedó a dormir en Arminza.
Al día siguiente Beñat le recordó:

Ya te advertí que te ibas a meter en un berenjenal.
Las mujeres casadas son un territorio prohibido.

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