Estuve muy acertada cuando le pedí un antidepresivo a mi doctora de cabecera, llevaba demasiado tiempo con el ánimo bajo, no tenía ganas de nada y no me reconocía, yo soy una persona activa, vitalista y algo falla cuando no estoy animada.
Después de dos semanas de tomar Escitalopram ya soy otra, soy yo, es lo bueno de conocerse, que se puede poner remedio cuando notas que algo no está en sus sitio.
Hoy he dedicado toda la mañana a poner orden en un trabajo que estaba haciendo de voluntariado y lo había dejado de lado sin darme cuenta, había perdido la memoria, además es algo que me encanta y lo hacía con verdadero entusiasmo.
Gracias a Dios ya he vuelto a la normalidad y estoy encantada de saber que puedo seguir con ese trabajo y que todo ha empezado a funcionar.
Tengo la intención de coger el ritmo una vez más y disfrutar de lo lindo con mis actividades, así es como me reconozco.
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