martes, 28 de abril de 2020

CUATRO MIL UNO










No me extraña que a Begoña Zabala y a Nelson les gustara muchísimo la película de Polanski "El oficial y el espía" porque a mí también me ha encantado, me ha mantenido absorta todo el tiempo.
La verdad es que Polanski es un director de cine extraordinario en cualquier tema que trate.
No es fácil que me interese una película en la que todo se desarrolle entre hombres, no obstante cuando la trama es tan buena no me queda más remedio que doblegarme ante la evidencia.
Mi hijo el pequeño me dijo que no tenía intención de verla.
Me extrañó porque es un gran cinéfilo, así que le pregunté el motivo y me sorprendió cuando me confesó que era por la acusación que persigue al director de haber violado a una menor en 1975.
Cuando pienso en Polanski tal vez me venga antes a la cabeza el asesinato de su esposa, Sharon Tate.
Detesto la injusticia y me alegro cuando prevalece, no obstante en este caso no soy vengativa.
No me siento capaz de juzgar a nadie, no me siento capaz de tirar la primera piedra, tal vez sea debido a la estricta educación católica que recibí en esos años tan importantes.
La verdad es que no sé de qué depende.
Además, se me quedó grabado lo que afirmaba Daniel Reid en su magnífico libro "El Tao de la salud, el sexo y la larga vida".
Decía que la moral es una hipocresía e inmediatamente me sentí identificada.
He visto decir y hacer tantos disparates en el santo nombre de la moral que me entra la risa.
Moral según la RAE: 

Perteneciente o relativo a las acciones de las personas, desde el punto de vista de su obrar en relación con el bien o el mal y en función de su vida individual y, sobre todo, colectiva.

A ver quien es el guapo que se atreve a discernir entre el bien y el mal con la cantidad de claroscuros que existen entre ambos.








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