Llegué al mundo del Haiku demasiado tarde.
Pensé que era demasiado sofisticado para mí y lo dejé pasar, no profundicé.
No obstante, cuando la pasada Nochebuena, Odita me regaló un papel enrollado atado con un cordoncito, me sorprendí, me emocioné y pensé que era la persona que mejor me conocía del mundo.
Encontré lo siguiente:
Tiene tres niños
Su vida artística
Y una nieta
Y entre cada frase una vela redonda roja encendida, pequeña, dibujada por ella.
Creo que este Haiku me describe perfectamente.
No le sobra ni le falta nada.
Lo he encontrado mientras intento ordenar y tirar lo que me sobra.
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