sábado, 29 de junio de 2024

SEIS MIL SESENTA Y OCHO

 





Pierre Cardin consideraba que la moda es las mas alta expresión del arte.

Creo que estoy de acuerdo con él.

Me fascina, a medida que le conozco, me siento identificada con él.

El documental "La casa Cardin" es mi libro de cabecera, en él encuentro inspiración vital, universal.

Además, creo como Cardin, que la felicidad se encuentra en el trabajo.





SEIS MIL SESENTA Y SIETE

Escribir la vida, Zadie Smi

De calledelorco en junio 28, 2024



Hace mucho que quiero llevar un diario. Durante la adolescencia lo intenté varias veces sin conseguirlo. Soñaba con ser tan sincera como Joe Orton, cuyos diarios admiraba muchísimo. Los encontré en una biblioteca a los catorce años más o menos, y los leí en parte por interés literario y en parte como pornografía, siguiendo emocionada a Joe por los muchos rincones de la ciudad por los que yo sólo pasaba, pero en los que él se las había ingeniado para mantener encuentros sexuales ilícitos. Pensaba: “Si vas a escribir un diario, debería ser así: completamente libre y honesto.” Pero descubrí que no era capaz de escribir sobre deseos sexuales (era demasiado tímida, demasiado falsa) y tampoco describir ninguna actividad sexual, puesto que hasta aquel momento no había tenido ninguna, así que el supuesto diario acabó degenerando en una crónica banal de presuntos flechazos y romances fantasiosos que enseguida me asqueó y acabé dejando de lado. Un poco más adelante volví a intentarlo, esta vez centrándome sólo en la escuela y contando, como su fuera un personaje de Judy Blume, incidentes a la hora del recreo y dramas de amistad, pero nunca era capaz de apartar de mi mente un posible público, cosa que me lo arruinaba todo: parecían deberes de clase.

La premisa misma de los diarios consiste en escribir algo que es para ti misma y para nadie más, pero yo siempre narraba las cosas anticipándome a la posibilidad de que tal o cual compañero de clase me quitara el cuaderno y se lo enseñara a todo el mundo, así que llegado un punto me sentía completamente deshonesta. Por otra parte, me daba la impresión de que la vida tenía ya demasiado artificio como para que hubiera necesidad de convertir mis pensamientos más íntimos en algo elaborado y bonito, y que quizá el problema fuera que existía gente capaz de escribir con sinceridad y sencillez a propósito de sus sentimientos, mientras que yo no podía evitar convertirlos en algo elaborado y bonito.

Más tarde, siendo ya una joven adulta, leí muchísimo los diarios de Virginia Woolf, y una vez más pensé que debería llevar un diario. A esas alturas me conocía lo suficiente para saber que relatar sentimientos personales me resultaba intolerable (era demasiado pudorosa), y también que era demasiado holgazana para imponerme la carga de trabajo cotidiana que suponen los diarios, así que intenté copiar la forma y el estilo del Diario de una escritora de Woolf y sólo hacer entradas de los días en los que ocurriera algo literario, ya fuese algo que yo misma hubiera escrito o leído, o encuentros con otros escritores.

Ese diario duró exactamente un día: narraba una tarde que pasé con Jeffrey Eugenides, para lo cual necesité doce páginas y la mitad de una noche. ¡Olvídalo! A ese paso, contarme mi vida me tomaría más tiempo que vivirla. Creo que parte del problema era la necesidad de escribir en primera persona, una modalidad que hasta hace muy poco me resultaba laboriosa y estresante. No conseguía emplearla con la suficiente confianza salvo en breves arrebatos ensayísticos.

Cuando era más joven, ni siquiera soportaba que la palabra “yo” apareciera en la página —ese pudor, nuevamente—, y siempre intentaba camuflarlo con un “nosotros”. Eso empezó a cambiar cuando llegué a Estados Unidos, y luego fue una escalada: revisando estas páginas ahora mismo, veo más “yoes” que en un poema de Walt Whitman. Pero todavía tengo cierto bloqueo mental cuando se trata de diarios y registros de vivencias personales. Me asaltan las mismas preguntas infantiles: ¿para quién es?, ¿qué voz es ésta?, ¿a quién estoy intentando engañar, a mí misma?

Me doy cuenta de que no quiero ningún registro de mis días. Tengo la clase de cerebro que borra todo lo que queda atrás casi al instante, como el perro-escoba de Alicia en el País de las Maravillas de Disney; que barre el sendero por el que avanza. Nunca sé qué es lo que hice en determinada fecha, o cuántos años tenía cuando pasó esto o aquello, y ya me va bien así. Siento que, cuando sea muy vieja y la cabeza “se me vaya”, mi vida no será muy diferente de la que llevo ahora, sumida en esta miasma de desmemoria que, a pesar de enfurecer a la gente más cercana y más querida, de alguna manera encaja conmigo, visto que no soy capaz de cambiarlo por mucho que me empeñe. Me pregunto si, indirectamente, eso no estará conectado con mi forma de escribir ficción, donde, por ejemplo, puede aparecer una alfombra que había en la puerta del piso en el que viví hace años tal como era entonces: esa alfombra exacta, con la misma urdimbre y la misma trama, aunque yo sea incapaz de decir exactamente cuándo viví allí, con quién salía y ni siquiera si mi padre estaba vivo o ya había muerto en esa época. Quizá mi desmemoria, que no pueda retener fechas ni sucesos relevantes, pone en funcionamiento otra clase de memoria: la usencia de recuerdos despeja el sendero para que haga su aparición “lo que sea” que se cuela en mi cabeza como un tímido animal nocturno que arrastra a su paso elementos extraños, como una alfombra, una triste peonía marchita o una pegatina de fresa que me encantaba y no he vuelto a tener delante desde 1986, pero que sigue teniendo la misma forma —de una fresa— y oliendo a fresa.

Si se trata de contar la propia vida al viejo estilo, con auténtica honestidad y compromiso, con pelos y señales, lo único que puedo mostrar —ante san Pedro o ante quien haga falta— es mi cuenta de correo electrónico de Yahoo!, abierta alrededor de 1996 y todavía activa. Ahí (aunque preferiría morir a releer todo lo que hay allí dentro) probablemente esté lo más cercano a un relato honesto de mi vida, al menos por escrito. Ésa soy yo, para bien y para mal, con todos los buenos actos, las mentiras cochinas, las peleas domésticas, las amistades librescas y las compras de moda por internet. Como debe de sucederle a muchísima gente (supongo), una de mis pesadillas recurrentes es que alguien se cuela en esa cuenta y, después de leer lo que le da la gana, se pone a emitir juicios sobre mí. Pero al mismo tiempo pienso que, si cuando esté muerta mis hijos quieren saber cómo era en la vida cotidiano, no como escritora, no como una persona más o menos presentable, sino simplemente como el iluso ser humano que soy, harían bien en mirar ahí.

Zadie Smith
Con total libertad
Traducción: Eugenia Vázquez Nacarino
Editorial: Salamandra



jueves, 27 de junio de 2024

SEIS MIL SESENTA Y SEIS

 





He visto el magnífico documental de Helmut Newton, es muy agradable e instructivo.

Lo vi hace tiempo y me quedaba buen recuerdo, me ha venido bien volverlo a ver porque me ha vuelto las ganas de hacer fotos que las tenía abandonadas.

Está en Filmin y merece la pena.

Muy recomendable.







miércoles, 26 de junio de 2024

SEIS MIL SESENTA Y CINCO

 




Horroroso el libro que compré ayer, lo he devuelto, mal escrito y en vez de hablar de Letizia que era la que me interesaba, hablaba de Juan Carlos y sus amantes, no solo no me ha gustado nada, sino que me ha bajado el ánimo y además, he notado que a la persona que me lo recomendó no le ha hecho gracia que me resultara tan desagradable, así que seguiré leyendo los clásicos que tengo en mi iPad y por lo menos no me harán perder el tiempo.

Me cuesta encontrar películas y series que me entretengan, tal vez esté saturada.







martes, 25 de junio de 2024

SEIS MIL SESENTA Y CUATRO

 




Recomendado por alguien que conoce mis gustos de lectura he comprado la "Autobiografía no autorizada de Letizia Rocasolano" todavía no lo he empezado pero espero entretenerme aunque sea pura basura.

Ya os contaré, ahora estoy deseando irme a la cama y empezar a leerlo, si no me entretiene lo devuelvo.





lunes, 24 de junio de 2024

SEIS MIL SESENTA Y TRES

 





Hace mucho tiempo que no veo una película buena de verdad, desde que vi el Auge y caída de Jon Galliano no he visto nada que me haya encantado. 

Si tenéis alguna peli o serie para recomendarme, lo agradeceré.





sábado, 22 de junio de 2024

SEIS MIL SESENTA Y DOS

 





Maravilloso evento de Prem Rawat en Roma.

Agradezco que a través del ordenador tengo acceso a tantos eventos a los que no tengo las condiciones físicas para asistir, recuerdo Roma, ¡qué belleza!

Realmente satisfecha, estoy colmada de alegría, paz y felicidad.










viernes, 21 de junio de 2024

SEIS MIL SESENTA Y UNO

 




He visto el trailer de la serie sobre Máxima de Holanda, Países Bajos y tiene buena pinta.

Leí su biografía hace tiempo y me pareció interesante aunque me sorprende que ella fuera en busca de su marido, no me resulta fácil creer que la vida de una reina pueda ser apetecible, está llena de testigos y de obligaciones, ni siquiera pueden cruzar las piernas al sentarse, yo tampoco, mi quiropráctico me lo prohíbe.

También Kate Middleton fue a pillar a su marido instigada por su madre y lo consiguió.

Tal vez las mujeres que han nacido siendo hijas de reyes y están acostumbradas a ese mundo sean capaces de disfrutarlo, Sofía por ejemplo está considerada como la única reina que ha sido hija de rey, hermana de rey, esposa de rey, madre de rey y algo más pero no estoy segura, la verdad es que lo lleva con mucha entereza y ni siquiera habla español.






domingo, 16 de junio de 2024

SEIS MIL SESENTA

 




He pasado una noche alterada, no obstante durante el día me he tranquilizado y he visto la película de Vivienne Westwood que también me ha encantado sin afectarme, creo, presumo.

He disfrutado y me siento en el modo de seguir viendo films sobre la mesa, es puro arte.








sábado, 15 de junio de 2024

SEIS MIL CINCUENTA Y NUEVE

 





Estoy emocionada, me siento como nueva, no solo he visto la película que más me ha gustado en toda mi vida sino que me ha reseteado, me siento limpia, Ha sido algo valiente.

No solo la recomiendo sino que considero que es obligatorio verla para prender lo que es el arte y lo que se siente cuando se es una persona con exceso de creatividad. 

Me gustaría ser más explícita, no obstante creo que lo mejor es verla por lo menos una vez. Se llama:

"Auge y caída de Jonh Galiano"






miércoles, 12 de junio de 2024

SEIS MIL CINCUENTA Y OCHO

 





No sé si mi espíritu crítico se dispara sin control o yo estoy de la cabeza. 

Carmen Borrego ha mandado un recado a su hijo a través del programa de Ana Rosa Quintana "Tardear" diciéndole que le gustaría verle y arreglar su distanciamiento, no recuerdo las palabras exactas pero el significado era ese más o menos y ha terminado diciendo:

Yo siempre hago lo que debo (sic) 

Me ha dejado de piedra.





jueves, 6 de junio de 2024

SEIS MIL CINCUENTA Y SIETE

 





Ha sido muy agradable encontrarme un mensaje en el que me ofrece alquilarle un cuadro mío cuyo tema sea de pies y me pagará 1000 dólares a la semana. Me ha parecido una idea estupenda, lo malo es que ahora no sé a donde me ha llegado el mensaje. Solo tengo un cuadro con ese tema, he pintado muchos pera se han vendido.

Espero que aparezca pronto. Me refiero al mensaje.










miércoles, 5 de junio de 2024

SEIS MIL CINCUENTA Y SEIS

 





Me gusta muchísimo vivir en el ahora, requiere un pequeño esfuerzo porque asusta un poco, no obstante poco a poco me regocijo en la experiencia, es milagrosa.





martes, 4 de junio de 2024

SEIS MIL CINCUENTA Y CINCO

 





He conseguido leer fragmentos de conferencias que da Mario Vargas Llosa en una universidad y he disfrutado muchísimo, siempre me ha gustado escucharle cuando habla y hoy más todavía porque contesta a preguntas que le hacen los estudiantes y las explicaciones son clases magistrales de alta literatura. Conozco a casi todos los escritores de los que habla y reconozco que es un auténtico placer escucharle.

Es un experto en desencajar a los grandes escritores y lo hace con medida, encuentra siempre la manera perfecta de saber por qué George Bataille habla de las bajas pasiones de los seres humanos, así como Céline y si yo hubiera estado allí, le habría pedido que me hablara de Michel Houellebecq, que desentrañara sus entrañas.