viernes, 25 de diciembre de 2020

CUATRO MIL DOSCIENTOS TRES

 




Una vez más ayer se me planteó el problema de escribir sobre las personas que me rodean, Jaime me dijo en un tono muy serio que meterse en la intimidad de la gente es lo peor que existe, eso o algo parecido, en un tono serio, tajante, sin ningún humor.

Ya en la cama pensé en todo eso y no le veo la importancia, lo hago con mucho amor, no le veo la sustancia, no considero que estoy haciendo algo malo, solo cuento mi vida, me pregunté a mí misma por qué lo hago y lo único que supe contestar es que soy así, si hubiera una micro de malicia en lo que escribo, podría jurar ante al biblia sin hacer perjurio que jamás lo haría, no soy mala persona, simplemente me gusta expresarme, comunicarme y de momento lo hago a través de la escritura y prefiero hablar de mí, que es lo que mejor conozco, que inventar algo a lo que no le encuentro demasiado interés, de hecho cuando leo libros, deseo que hablen de asuntos personales, íntimos y profundos.

No me convencieron las explicaciones que me dio Jaime sobre que nunca llegaré a conocerle, porque ya no me contará nada y argumentos similares que ni siquiera fueron capaces de despertar mi atención, me parece que eso del respeto a la intimidad es muy relativo, no sé, me aburre el tema, insisto, no soy mala persona, más bien me considero buena y cuando algo me parece mezquino de los que me rodean, me cuido muy mucho de contarlo, intento olvidarlo y me remito a escribir lo que me concierne.

Llevo tantos años enferma que tal vez haya perdido el contacto con la realidad, ya que solo la vivo a través de los libros y las películas, la verdad es que escribir mi diario me libera, me mantiene despierta y consciente, no tengo intención de dejarlo, me gusta y si alguien no confía en mí es que no me conoce, soy así.

Ni siquiera tendría que dar estas explicaciones, preferiría hablar de algo más interesante pero esto es lo que sucedió ayer, por eso lo cuento y ahora mismo me voy a leer a Rainer María Rilke que supo elevar su vida a las citas más altas de la estética a través de la literatura.





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