sábado, 4 de julio de 2020

CUATRO MIL CINCUENTA Y OCHO










Tenía curiosidad desde hace tiempo por saber qué tal iba el proyecto del Manhatan bilbaíno.
Antes iba a menudo a Zorrozaurre y cuando Zaha Hadid diseñó el gran proyecto para modernizar esa zona, incluso me molesté en ver la exposición que hicieron en el museo del Bellas Artes, también mal llamado museo del parque.
No me lo creía demasiado pero como he estado tan alejada de todo lo que pasaba en mi entorno, he querido saber qué tal iban las obras.
He pasado por el puente de Frank Gehry que ya lo conocía y no he visto el nuevo, solo vi una foto en la que lo estaban poniendo con mucha parafernalia, ni siquiera sé donde.
Pues bien, Zorrozaurre está más o menos como estaba pero me ha parecido más cuidado, un poquito modernizado, con ese estilo medio cutre que caracteriza a lo que hacen los artistas que todavía no son reconocidos.
Aparte de esa sensación no he visto nada que me haya hecho pensar que el proyecto de Zaha Hadid siga en pie, nada en absoluto.
Es posible que si en vez de ser sábado hubiera sido un día de labor habría visto más movimiento, no lo sé, las casas en donde viven los vecinos de siempre están mimadas con sus macetas de flores en los balcones y también he visto algunas terrazas con gente contenta.
Nada me ha hecho pensar en una gentrificación.
Tal vez el Covid19 tenga algo que ver con esa falta de movimiento, no lo sé.
Desde Zorrozaurre se divisa Olaveaga con mucha vida, terrazas que se adentran en la ría y mucha gente disfrutando.
Definitivamente las terrazas están de moda.
Nunca les he visto la gracia, me parecen una pérdida de tiempo, en realidad solo las he frecuentado y no demasiado, cuando he viajado.
La verdad es que no bebo alcohol y eso hace que los bares hayan perdido el interés.









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