Ayer quedé con Pizca para comer un bacalao al pie pil, pero salí tan aburrida del Banco Santander que me fui a mi casa, no me apeteció quedarme en la calle, soy muy feliz en casa, tranquila, con mis libros, mis dispositivos y mis asuntos.
He cambiado mucho, me parece mentira que una persona tan inquieta como era yo antes, ahora me quedo sola tan tranquila, ni bebo ni fumo, ni me drogo
Es como si hubiera sucedido un milagro conmigo.
Estoy contenta, satisfecha, no tengo ira interior, antes tenía muchísima, disimulaba pero casi siempre me quejaba de algo, ahora estoy serena, casi nada me molesta, rezo y medito, estoy unida a Dios.
Tampoco me interesan los hombres que antes me encantaban, hace poco me sorprendí a mí misma porque creía que estaba inmunizada contra los hombres guapos pero apareció un senegalés en Las Arenas, de los que venden bolsos de imitación y era tan guapo que casi me desmayo, además era listo y simpático, demasiado.
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