A pesar de la tormenta y de que no puedo llevar un paraguas porque tengo la mano ocupada con la muleta, he hecho el esfuerzo de ir ala cita que tenía con la enfermera para que me cure la herida.
Me curan una vez la semana, parece poco pero lo consideran necesario y no quieren que me la cure yo.
Lo bueno de haber hecho el esfuerzo de mojarme y andar con cuidado para no caerme, es que ahora estoy encantada de estar en casa, seca y descansada.
Mañana a la una y media tengo cita con el fisioterapeuta, espero y deseo que no llueva.
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