viernes, 7 de abril de 2017

DOSCIENTOS TREINTA Y NUEVE






Mientras me dirigía al hospital de Cruces, tempranito por la mañana de un día maravilloso, en una caravana de coches que formaban parte de la operación salida, he tenido tiempo para recordar mis años pasados en camas y quirófanos, inmovilizada, dolorida, sin dormir, casi perdida la esperanza, sin fuerza para hablar, ni siquiera para decir lo que necesitaba, hasta el punto de que llegué a pensar que si me muriera, me quitaría un peso de encima.

Sin embargo hice todo los que pude para salir adelante y hoy, me veía en el coche, tan tranquila a pesar de que sabía que llegaría tarde a la cita que tenía, para una ecografía importante y lo único que sentía, era agradecimiento por encontrarme tan bien y haber superado aquellos largos años de malestar constante.

Me he disculpado al llegar, porque ya habían dicho mi nombre dos veces y todo ha transcurrido con normalidad.
Al salir del hospital solo me apetecía venir a casa y descansar.





Aunque se supone que la inauguración de documenta14 es mañana en Atenas, parece que ya ha empezado.
He visto una hora que han pasado en streaming y he comprobado que Mattin siempre va un paso más, delante de su propia obra.
Me ha impresionado ver como es capaz de invitar a la gente para que interactúe en su performance y forme parte de la obra.

Como en otras ocasiones, al principio y casi sin saber de qué se trata, algunos se van, otros se quedan y suelen estar reticentes a juntarse con los demás.
Me recuerdan a mi misma, cuando fui a Nueva York por primera vez, siendo estudiante de BBAA y ardiendo en deseo por ver las obras de teatro de vanguardia.
Había una, en las que casi me obligaron a tumbarme en el suelo, pegadita a otros cuerpos y yo lo hacía pero no me sentía nada relajada, estaba deseando que eso terminara.

Lo que hace Mattin es diferente, él invita a que las personas que estén dispuestas a participar, hablen de sí mismas, de lo que piensan, de temas difíciles, candentes.
Él lanza la apuesta y el que quiera tiene derecho a decir lo que piensa por disparatado que sea.
Los diálogos suelen ser muy interesantes.
En principio hablan en inglés pero hay una chica que traduce a los que hablan griego.

El streaming solo duraba una hora por lo que cuando el asunto empezaba a ponerse interesante, han dejado de trasmitir y me he quedado con las ganas, pero nada ni nadie me ha quitado el placer de ver a mi hijo, dirigiendo su trabajo en un espacio que le han adjudicado en plena documenta14. 
Me siento muy orgullosa y también emocionada.

El título de la performance es: DISONANCIA SOCIAL




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